¿Piernas pesadas? Sigue estos consejos para sentirte mejor

  ¿Tienes una sensación de cansancio o fatiga en las piernas como si estuvieran cargadas o pesadas? ¿Sientes dolor, hinchazón, hormigueo, calambres y/o entumecimiento en las piernas? ¿Te cuesta moverte o estar de pie durante largos períodos de tiempo? ¿Está afectando tu calidad de vida diaria? En este post te explicamos el porqué de las muy molestas piernas pesadas, y compartimos algunos consejos que pueden ayudarte a aliviar los síntomas. ¡Sigue leyendo! Piernas pesadas: ¿Por qué esa sensación tan molesta? Sentir las piernas pesadas es una sensación muy común que puede ser causada por varias razones. Algunas posibles causas son: Insuficiencia venosa La insuficiencia venosa es una condición en la cual las venas de las piernas tienen dificultades para transportar la sangre de regreso al corazón. Esto puede suceder cuando las venas no pueden mantener un flujo de sangre constante, lo que lleva a una acumulación de sangre en las piernas. La insuficiencia venosa puede ser causada por factores genéticos, obesidad, falta de actividad física, estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, así como por otros problemas de salud, como enfermedades cardíacas, hipertensión y diabetes. Mala circulación La mala circulación sanguínea en las piernas puede causar la acumulación de líquidos y la sensación de piernas pesadas. La insuficiencia venosa y la mala circulación no son exactamente lo mismo, aunque están relacionadas: La mala circulación es un término más amplio que se refiere a cualquier condición que impida que la sangre fluya adecuadamente por el cuerpo, incluyendo tanto la mala circulación arterial como venosa. Por otro lado, la insuficiencia venosa se refiere específicamente a un problema en las venas que dificulta el retorno de la sangre al corazón, lo que puede provocar la acumulación de sangre en las piernas y la aparición de síntomas como pesadez, hinchazón, dolor y calambres. La insuficiencia venosa es una de las causas más comunes de la mala circulación en las piernas. Edad y genética Con el envejecimiento, las venas y las válvulas en las piernas pueden debilitarse, lo que dificulta el retorno de la sangre al corazón y causa una acumulación de sangre en las venas. Esto puede provocar hinchazón, dolor y pesadez en las piernas. Además, la genética puede influir en la estructura de las venas y las válvulas, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de insuficiencia venosa. Por ejemplo, algunas personas pueden heredar válvulas venosas débiles, lo que aumenta la probabilidad de que la sangre se acumule en las piernas y provoque síntomas de piernas pesadas. Mala alimentación y sobrepeso Una mala alimentación puede provocar piernas pesadas al contribuir a la aparición de problemas circulatorios y de retención de líquidos, que son dos factores importantes en la sensación de pesadez en las piernas. Por ejemplo, una dieta rica en grasas saturadas y alimentos procesados puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad, lo que aumenta la presión en las venas de las piernas y dificulta el retorno de la sangre al corazón. Además, una dieta baja en fibra puede contribuir a la constipación, lo que puede aumentar la presión en las venas rectales y causar hemorroides, que son otra causa común de piernas pesadas. Por otro lado, una dieta alta en sodio puede contribuir a la retención de líquidos, lo que a su vez puede causar hinchazón en las piernas. El sobrepeso puede provocar piernas pesadas porque el exceso de peso ejerce una presión adicional en las venas de las piernas y dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas de las piernas tienen válvulas que impiden que la sangre fluya hacia atrás, pero cuando hay sobrepeso, estas válvulas pueden debilitarse y provocar que la sangre se acumule en las venas, lo que se conoce como insuficiencia venosa. Además, el sobrepeso también puede provocar una inflamación crónica de los tejidos y una reducción de la capacidad de los músculos para bombear la sangre de las piernas de vuelta al corazón. Todo esto puede provocar una sensación de pesadez en las piernas, así como otros síntomas como hinchazón, dolor y fatiga. Estilo de vida sedentario Pasar mucho tiempo sentado o de pie sin moverse puede hacer que la sangre se acumule en las piernas y causar la sensación de pesadez. La falta de actividad física disminuye la circulación sanguínea en las piernas. La sangre tiende a acumularse en las venas, lo que puede causar hinchazón y sensación de pesadez en las piernas. Además, estar sentado durante períodos prolongados también puede aumentar la presión en las venas de las piernas, lo que dificulta aún más la circulación sanguínea y agrava los síntomas de la insuficiencia venosa. El calor El calor excesivo puede hacer que las piernas se sientan más pesadas, ya que provoca la dilatación de los vasos sanguíneos. Las altas temperaturas dilatan los vasos sanguíneos, lo que aumenta la presión en las venas de las piernas y reduce el flujo sanguíneo de retorno al corazón. Esto puede hacer que las piernas se sientan cansadas, hinchadas y pesadas. Además, el calor puede provocar la deshidratación del cuerpo, lo que puede hacer que la sangre se espese y tenga más dificultades para circular, lo que agrava los síntomas de la insuficiencia venosa y la sensación de piernas pesadas. Normalmente, las mujeres tienen mayor tendencia a padecer piernas pesadas, porque la circulación está muy ligada con la producción de estrógenos y progesterona. Con la llegada de la menopausia, estos niveles se alteran produciendo, entre otros síntomas, mal funcionamiento del sistema venoso. 6 consejos útiles para aliviar las piernas pesadas Si vives con la incómoda sensación que provocan las piernas pesadas, prueba los siguientes consejos, pero no olvides que es importante hablar con un profesional de la salud si esta sensación de piernas pesadas es persistente o si viene acompañada de otros síntomas. 1 Dieta equilibrada y evitar sobrepeso Para evitar las piernas pesadas se recomienda seguir una dieta equilibrada y saludable, que incluya alimentos ricos en nutrientes y bajos en grasas saturadas y sal. Algunas recomendaciones específicas incluyen: Consumir suficiente fibra: Las fibras ayudan a mantener una buena digestión y a prevenir el estreñimiento, que puede empeorar la insuficiencia venosa. Se recomienda consumir al menos 25 gramos de fibra al día. Beber suficiente agua: La hidratación es importante para mantener una buena circulación y evitar la retención de líquidos. Consumir alimentos ricos en potasio: Los alimentos ricos en potasio, como plátanos, aguacates, espinacas y tomates, pueden ayudar a reducir la retención de líquidos en el cuerpo. Evitar el exceso de sal: El exceso de sal puede contribuir a la retención de líquidos y empeorar los síntomas de piernas pesadas. Consumir alimentos ricos en vitamina C: La vitamina C es importante para la salud de los vasos sanguíneos y puede ayudar a mejorar la circulación. Algunos alimentos ricos en vitamina C son los cítricos, fresas, kiwis y brócoli. Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar la circulación. Algunas fuentes de omega-3 incluyen pescados grasos, semillas de lino y nueces. 2 Mantente activo Los siguientes tipos de ejercicios te ayudarán a prevenir y evitar las piernas pesadas: Caminar: caminar es una actividad física de bajo impacto que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y prevenir la acumulación de líquidos en las piernas. Se recomienda caminar al menos 30 minutos al día, preferiblemente a un ritmo moderado. Nadar: la natación es un ejercicio de bajo impacto que fortalece los músculos de las piernas y mejora la circulación sanguínea. Además, al estar en el agua, se reduce el impacto en las articulaciones. Bicicleta: ir en bicicleta es un excelente ejercicio cardiovascular que también ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la circulación. Ejercicios de fortalecimiento: los ejercicios de fortalecimiento, como las sentadillas o las elevaciones de talones, ayudan a fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la circulación sanguínea. Pero, recuerda que antes de comenzar cualquier tipo de ejercicio es recomendable consultar con un profesional de la salud para asegurarse de que sea seguro y apropiado para tu condición física. 3 Intenta mejorar tu postura Cuando alguien mantiene una postura adecuada, el peso del cuerpo se distribuye uniformemente sobre los pies, lo que puede reducir la presión en las piernas. Además, una buena postura puede mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir la retención de líquidos, lo que también puede ayudar a aliviar la sensación de pesadez en las piernas. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a mejorar tu postura y reducir la sensación de piernas pesadas: Mantén la espalda recta: al mantener la columna vertebral alineada, se reduce la tensión en los músculos de las piernas y se mejora la circulación. Siéntate con los pies en el suelo: al sentarse, asegúrate de que los pies estén apoyados en el suelo, manteniendo las rodillas a 90 grados. Si los pies no llegan al suelo, usa un reposapiés para evitar que las piernas cuelguen. Camina con pasos largos: cuando camines, toma pasos largos y mantén la cabeza erguida. Esto te ayudará a mantener una buena postura y a reducir la tensión en las piernas. Realiza estiramientos regulares: estirar los músculos de las piernas regularmente puede mejorar la flexibilidad y reducir la tensión en los músculos. Los estiramientos de pantorrillas y cuádriceps son especialmente útiles. Usa zapatos cómodos: el uso de zapatos cómodos y adecuados para la actividad que estás realizando puede ayudar a reducir la tensión en las piernas. 4 Eleva las piernas Al elevar las piernas por encima del nivel del corazón, se reduce la presión arterial en las venas de las piernas, lo que disminuye la acumulación de líquido en los tejidos y reduce la hinchazón y la sensación de pesadez en las piernas. Además, esta posición puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea en las piernas y reducir la carga en las venas, lo que puede ayudar a prevenir o aliviar los síntomas de la insuficiencia venosa crónica. Se recomienda mantener las piernas elevadas durante al menos 20-30 minutos al día para obtener beneficios. 5 Ropa y medias de compresión Pantalones estrechos, botas que aprietan demasiado, cinturones... Las prendas demasiado apretadas pueden contribuir a alterar la circulación. Lo mismo sucede con zapatos demasiado estrechos o con tacones demasiado altos. Por otro lado, y para combatir la sensación de piernas pesadas, puedes utilizar medias de compresión ya que proporcionan una presión graduada en las piernas que ayuda a mejorar el flujo sanguíneo y la circulación, reduciendo la hinchazón y la sensación de pesadez. Cuando usas medias de compresión, la presión aplicada es mayor en los tobillos y disminuye gradualmente hacia arriba en las piernas, lo que ayuda a empujar la sangre de vuelta al corazón y prevenir la acumulación de líquidos en las piernas. Esta presión también puede ayudar a reducir la inflamación y la hinchazón en las piernas. Las medias de compresión se pueden usar durante el día mientras se está de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, o incluso durante la actividad física intensa, como correr o caminar. Estas medias vienen en diferentes grados de compresión, desde leve hasta fuerte, y se pueden adquirir en diferentes tamaños y estilos. Es importante destacar que aunque las medias de compresión pueden ser beneficiosas para aliviar la sensación de piernas pesadas, es importante hablar con un profesional de la salud para asegurarse de que se esté utilizando la compresión adecuada y para determinar si hay una condición subyacente que deba ser tratada. Además, se recomienda no usar las medias de compresión sin consultar a un médico en caso de tener ciertas condiciones de salud, como insuficiencia cardíaca, enfermedad arterial periférica o neuropatía periférica. 6 Masajes para aliviar piernas cansadas Los masajes pueden ser muy efectivos para aliviar la sensación de piernas cansadas, ya que ayudan a mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación y relajar los músculos. Cuando se realiza un masaje en las piernas cansadas, se aplican movimientos de amasamiento, fricción y presión para ayudar a estimular el flujo sanguíneo, lo que a su vez puede ayudar a reducir la hinchazón y la retención de líquidos. Además, el masaje puede ayudar a relajar los músculos de las piernas, lo que puede reducir la tensión y la fatiga muscular. Existen algunas técnicas específicas de masaje que pueden ser útiles para aliviar las piernas cansadas, tales como el masaje de drenaje linfático, el masaje de tejido profundo, y el masaje con piedras calientes. ¿Te ha resultado útil? Recuerda que este artículo es orientativo y en ningún caso sustituye la información que pueda proporcionarte un profesional de la salud. Nuestra misión en Bidea es ayudarte en todo lo que podamos a vivir una vida sana, plena, y feliz. ¡Esperamos haber contribuido a ello!

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Plataforma V64

Mandos y dispositivos de accionamiento de sistemas salvaescaleras: tipos, funcionamiento y ventajas

  ¿Cómo funcionan los mandos y dispositivos de accionamiento para sistemas salvaescaleras?¿Por qué los necesito? ¿Se pueden personalizar? Respondemos a todas tus preguntas en este post. Si eres visitante frecuente del blog Bidea (¡Gracias!), no hace falta que te expliquemos qué es un sistema salvaescaleras y cuáles son sus funciones. Porque, como sabes perfectamente, las soluciones salvaescaleras Bidea son sistemas mecánicos diseñados para ayudar a las personas con movilidad reducida o discapacidad a subir o bajar escaleras de forma segura y cómoda. Las soluciones salvaescaleras pueden ser instaladas en escaleras curvas, rectas o en tramos de escaleras con descansos, y están disponibles en diferentes modelos y tamaños para adaptarse a diferentes necesidades y requisitos de espacio. Son ideales para hogares, edificios públicos, residencias y otros espacios donde las personas con movilidad reducida necesitan acceder a diferentes niveles de forma segura y sin esfuerzo físico. En este artículo, queremos profundizar en uno de los componentes clave de nuestros sistemas salvaescaleras: los mandos y sistemas de accionamiento. Sigue leyendo para informarte acerca de todo lo que necesitas saber sobre los mandos y pulsadores de los sistemas salvaescaleras Bidea. Mandos para sillas salvaescaleras: ¿cómo funcionan? Las sillas salvaescaleras incluyen dos mandos a distancia que permiten controlar la silla de forma remota, uno en cada extremo de la guía para que el usuario pueda accionar la silla desde el otro extremo. Los mandos a distancia son fáciles de usar y están diseñados con botones de tamaño adecuado para personas con problemas de vista o movilidad limitada. Todos los mandos a distancia vienen con un soporte que se puede fijar en la pared cerca de la silla, de manera opcional, para mantenerlo siempre visible y a mano. Dispositivo de accionamiento en la silla salvaescaleras Para facilitar aún más el desplazamiento y la comodidad del usuario, además de los mandos a distancia, las sillas salvaescaleras también tienen un dispositivo de accionamiento en el reposabrazos. Se trata de un mando muy fácil de usar que funciona moviéndolo hacia la dirección en la que se desea que la silla se mueva, y que, en la mayoría de las sillas, puede ubicarse en la parte del reposabrazos que el usuario prefiera. Mandos inalámbricos para sillas salvaescaleras: ventajas Los mandos inalámbricos de las sillas salvaescaleras ofrecen varias ventajas. En primer lugar, brindan comodidad y facilidad de uso, ya que permiten controlar el movimiento de la silla desde cualquier lugar en el que el usuario se encuentre, sin tener que estar cerca de la silla o de un interruptor en la pared, pudiéndola aparcar en peldaños superiores para que no sea un estorbo en el rellano inferior (o viceversa). Además, los mandos inalámbricos pueden ser especialmente útiles para personas con problemas de movilidad o discapacidad, ya que les permiten controlar la silla salvaescaleras sin tener que realizar movimientos incómodos o difíciles. También pueden ser beneficiosos para personas con problemas de visión, ya que los botones son grandes y fáciles de localizar. Otra ventaja es que los mandos inalámbricos de las sillas salvaescaleras suelen venir con soportes que se pueden colocar en paredes cercanas, lo que significa que el usuario siempre puede localizarlos fácilmente y no tiene que preocuparse por perderlos. Finalmente, varios usuarios en una misma casa pueden hacer uso de la silla sin tener que preocuparse de dónde se encuentra el salvaescaleras en aquel preciso momento. Tanto los mandos inalámbricos como las propias sillas salvaescaleras están diseñadas para hacer la vida más fácil y cómoda para los usuarios, mejorando considerablemente su capacidad para moverse de manera independiente en su hogar o en otros espacios. Mandos para plataformas salvaescaleras: ¿cómo funcionan? Además de sillas salvaescaleras, el catálogo Bidea incluye una amplia gama de soluciones de movilidad para facilitar el desplazamiento de personas mayores y con movilidad disfuncional, como las plataformas salvaescaleras. Una plataforma salvaescaleras es un dispositivo que se utiliza para transportar a personas con movilidad reducida a través de tramos de escaleras rectos o curvos. Consiste en una plataforma que se mueve a lo largo de una guía o carril fijado a la escalera, permitiendo a la persona sentarse o permanecer de pie en ella mientras es transportada de un nivel a otro. Existen diferentes tipos de plataformas salvaescaleras en función del tipo de escalera y las necesidades de la persona, y pueden ser instaladas tanto en viviendas particulares como en edificios públicos o comerciales. Las plataformas salvaescaleras vienen con varios tipos de mandos a distancia. Todos ellas tienen mandos instalados en la pared de cada extremo de la guía para llamar a la plataforma. Además, tienen un mando con un cable extensible como opción adicional. También cuentan con pulsadores de accionamiento de movimiento en ambos extremos de la plataforma, lo que permite que personas con movilidad reducida puedan subir a ella en cualquier dirección y usarlos sin dificultad. Mandos para soluciones salvaescaleras Bidea: siempre seguro/a y en control. Tras más de dos décadas de experiencia ofreciendo soluciones salvaescaleras a nuestra comunidad, Bidea entiende lo importante que es que nuestros usuarios se sientan seguros y en control de sus movimientos. Por eso, utilizamos la tecnología más avanzada para conseguir que nuestros usuarios vivan experiencias cómodas y seguras cada vez que utilizan nuestras soluciones salvaescaleras, incluyendo los mandos y dispositivos de accionamiento. Si tienes cualquier duda acerca del mando de tu solución salvaescaleras... O si quieres hablar acerca de cómo personalizarlo para cubrir mejor tus necesidades... O si simplemente quieres más detalles acerca de nuestras soluciones de accesibilidad en tu hogar o comunidad de vecinos... Nuestros Asesores Técnicos están disponibles para ayudarte a encontrar el modelo que encaje a la perfección con tus circunstancias y necesidades. En cuestión de minutos te asesorarán sobre tus opciones y te elaborarán un presupuesto muy razonable y completamente cerrado. Reserva una cita con uno de nuestros técnicos en soluciones de accesibilidad o solicita más información sobre la instalación y precio de tu solución salvaescaleras. Si estás interesado en ver nuestros trabajos pincha en el siguiente enlace: https://www.bidea.es/nuestros-trabajos/ Llámanos al 943 63 01 14 o escríbenos en info@bidea.es. Estamos para ayudar.

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Hombre mayor haciendo ejercicio

Qué es la movilidad articular y cómo optimizarla en las personas mayores (¡ejercicios incluidos!)

Se ha demostrado una y otra vez que hacer ejercicio es fundamental para mantener nuestra salud física y mental a cualquier edad... ¡Especialmente en la tercera edad! Hacer ejercicio ayuda a mejorar la salud física, la movilidad articular y mental de las personas mayores, previene enfermedades y afecciones, reduce el riesgo de caídas y lesiones, y contribuye a mejorar su calidad de vida en general. Sin mencionar que, hacer ejercicio también puede ser una forma divertida y muy social de mantenerse activo y conectar con otras personas de la misma edad. ¿Sabes cuál es una de las bases del ejercicio para personas mayores? La movilidad articular. Algo de lo que, curiosamente, se habla poco. Mantener nuestras articulaciones en buen estado es tan importante como realizar ejercicios de fuerza y flexibilidad. ¿Por qué? Te lo contamos en detalle en este artículo, y compartimos algunos sencillos ejercicios que puedes hacer a diario para mantener tu movilidad articular en condiciones óptimas. ¿A qué nos referimos al hablar de “movilidad articular”? La movilidad articular es lo que nos permite realizar muchas de las actividades cotidianas, como caminar, agacharse, levantar objetos, etc. En términos más científicos, la movilidad articular es la capacidad de los huesos para moverse en relación unos con otros en una articulación a través de su rango de movimiento (ROM). Es decir, la cantidad de movimiento posible en una articulación depende de la estructura ósea, la presencia de músculos y ligamentos que la rodean y la flexibilidad de los tejidos blandos. ¿Qué factores hacen que reduzcamos nuestra movilidad articular? Son varios los factores que pueden reducir la movilidad articular, estos incluyen: Envejecimiento: Con la edad, los tejidos blandos que rodean las articulaciones pueden endurecerse y disminuir la movilidad. Lesiones: Lesiones en las articulaciones, como desgarros o esguinces, pueden afectar la movilidad. Inflamación: La inflamación de las articulaciones, como en el caso de la artritis, puede causar dolor y limitación de movimiento. Sobrepeso: El exceso de peso puede aumentar la presión en las articulaciones y reducir su movilidad. Inactividad física: La falta de actividad física puede debilitar los músculos y tejidos que soportan las articulaciones y reducir su movilidad. Desgaste natural: El desgaste natural de las articulaciones a lo largo del tiempo puede reducir la movilidad. Es importante destacar que una combinación de estos factores también puede tener un impacto en la movilidad articular. Por lo tanto, es importante mantener un estilo de vida saludable y hacer ejercicios regulares para ayudar a mantener una buena movilidad articular. ¿Qué sucede si disminuimos nuestra movilidad articular? Disminuir la movilidad articular puede presentar los siguientes problemas: Dolor: La reducción de la movilidad articular puede causar dolor e incomodidad. Debilidad muscular: La falta de movimiento en las articulaciones puede debilitar los músculos y reducir la fuerza. Inmovilidad: Una disminución en la movilidad articular puede hacer que las personas sean menos activas y más propensas a la inmovilidad. Problemas de equilibrio: La disminución de la movilidad articular puede afectar el equilibrio y aumentar el riesgo de caídas. Pérdida de funcionamiento: La reducción de la movilidad articular puede afectar la capacidad para realizar actividades cotidianas, como caminar, subir escaleras, etc. Aumento de la fatiga: El esfuerzo adicional requerido para realizar actividades puede causar fatiga y agotamiento. Baja calidad de vida: La disminución de la movilidad articular puede afectar negativamente la calidad de vida y la capacidad para disfrutar de las actividades y relaciones sociales. Ante consecuencias tan graves, es importante tomar medidas para mantener una buena movilidad articular y prevenir su disminución. Se recomienda hacer ejercicios regulares, mantener un peso saludable, evitar lesiones y seguir una dieta equilibrada. Generalmente, en función de la persona, es recomendable caminar con frecuencia, montar en bicicleta, hacer algún tipo de ejercicio, nadar, etc. Muy importante también: practicar ejercicios de estiramiento. Pero ¿no es lo mismo, estirar y hacer ejercicios de movilidad articular? No. Compartimos las diferencias a continuación. Movilidad articular y flexibilidad: diferencias Cuando hablamos de movilidad articular nos referimos a la cantidad de movimiento que una articulación es capaz de realizar. La flexibilidad, por otro lado, es la capacidad de un músculo o un grupo de músculos para estirarse sin romperse o lesionarse. Ambas se complementan ya que si añadimos flexibilidad la extensión del movimiento puede ser mayor. Cuando una articulación no puede alcanzar el rango de movimiento máximo durante mucho tiempo, el cuerpo acaba adaptándose a esta pérdida de movilidad y los músculos se pueden desgastar. Por eso es tan importante asegurarnos de que esto no ocurra, ¡o de que ocurra en el menor grado posible! Si lo hacemos: Mejoraremos nuestra capacidad de movimiento, Optimizaremos nuestros procesos neuromusculares, Estaremos más en forma al notar menos cansancio (porque se mejora la frecuencia cardíaca) y más fuerza y, En general, disfrutaremos de buena salud. ¿Qué podemos hacer para mejorar la movilidad articular? Afortunadamente, la movilidad articular se puede mejorar de manera relativamente fácil siguiendo algunos de los consejos a continuación: Ejercicios de estiramiento: Recomendamos realizar ejercicios de estiramiento específicos para las articulaciones que necesitan mejorar su movilidad. Fortalecimiento muscular: Fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones puede ayudar a mejorar su movilidad. Calentamiento antes del ejercicio: Calentar antes de hacer ejercicio puede ayudar a aumentar la temperatura y la lubricación de las articulaciones, lo que a su vez puede mejorar su movilidad. Terapia física: Un terapeuta físico puede ayudar a mejorar la movilidad articular a través de ejercicios específicos y técnicas de manipulación. Evitar lesiones: Mantenerse alejado de lesiones y mantener una buena postura puede ayudar a preservar y mejorar la movilidad articular a largo plazo. Es importante recordar que antes de comenzar cualquier programa de ejercicio o terapia, es necesario consultar a un profesional de la salud para asegurarse de que sea seguro y adecuado a tus necesidades individuales. ¿Qué tipo de ejercicios de movilidad articular son recomendados para personas mayores? Los ejercicios de movilidad articular recomendados para personas mayores incluyen: Ejercicios de estiramiento suaves y controlados para ayudar a mantener la amplitud de movimiento y prevenir la rigidez articular. Ejercicios de fortalecimiento de los músculos para mejorar la estabilidad y prevenir lesiones. Ejercicios de equilibrio y coordinación para mejorar la seguridad y prevenir caídas. Actividades acuáticas, como la natación y la hidroterapia, que son menos impactantes para las articulaciones y proporcionan una excelente oportunidad para mejorar la movilidad articular y el fortalecimiento muscular. ¿Buscas ejercicios de movilidad articular para personas mayores más concretos?  Prueba los siguientes: Estiramiento de cuello: Siéntate con la espalda recta y gira suavemente la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Estiramiento de hombros: Levanta los hombros hacia las orejas y luego relájalos. Repite varias veces. Estiramiento de muñeca: Sostén una mano con la otra mano y tira suavemente hacia abajo de la muñeca para estirar la parte superior del brazo. Estiramiento de cadera: De pie, con las manos en las caderas, gira suavemente el tronco hacia un lado y luego hacia el otro. Ejercicios de fortalecimiento de manos y dedos: Aprieta una pelota de goma o usa una mancuerna ligera para fortalecer las manos y los dedos. Ejercicios de fortalecimiento de piernas: Realiza ejercicios de fortalecimiento de piernas, como sentadillas o levantamientos de pantorrillas, con el apoyo de una silla o una pared si es necesario. Y no olvides que es importante consultar con un médico o un fisioterapeuta antes de comenzar cualquier programa de ejercicios y hacer solo aquellos ejercicios que sean seguros y adecuados para tu nivel de capacidad física. Y si podemos ayudarte en cualquier otra área de tu vida, Bidea está contigo. Llevamos más de dos décadas instalando y manteniendo soluciones salvaescaleras de calidad, que mejoran el bienestar de las personas. Y vivimos para hacer tu vida más sana, más cómoda y segura. ¡Ponte en contacto!

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Por qué en 2023 tenemos que eliminar palabras como “minusválido” o “inválido” de nuestro vocabulario

  Ha llegado el momento de descartar palabras como “minusválido” de nuestro vocabulario, y concienciarnos de la importancia de crear un lenguaje inclusivo. En este artículo te contamos por qué y cómo.  “Minusválido”, “discapacitado”, “inválido”... Vivimos en una sociedad que necesita categorizar y clasificar todo y a todos, muy a menudo, sin tener consciencia del impacto que esta categorización y el vocabulario que la acompaña puede tener en el ser humano. En Bidea abogamos por un cambio radical hacia un lenguaje y un comportamiento mucho más inclusivo. Después de dos décadas sirviendo a las maravillosas personas que ahora componen la comunidad Bidea, queremos liderar el cambio que tanto necesitamos, empezando por crear conciencia de la importancia del lenguaje positivo en nuestra sociedad. El poder de las palabras Cuando Bidea inició su camino como proveedores de soluciones salvaescaleras, poco/as tenían conciencia del impacto que una palabra como “minusválido” tiene en la persona que la recibe. De hecho, en general, muy poca gente entendía el poder que una palabra puede tener en los sentimientos de otra persona. Por aquel entonces se hablaba de personas con “deficiencias físicas”. O, de personas con una “minusvalía”, cuando una “discapacidad” les hacía carecer de independencia física. Afortunadamente, hemos evolucionado considerablemente. La mayoría comprendemos ahora que esa persona es igual al resto de los seres humanos que la rodean, y simplemente vive con una “diferencia funcional”. Pero, aún hay mucho camino por recorrer. Aún nos queda mucho trecho para entender el poder que la comunicación en general, y una palabra aparentemente inofensiva, pueda tener en la psique, y en la vida de una persona. Gracias al trabajo de neurocientíficos cognitivos como Luis Castellanos estamos empezando a entender lo mucho que el uso correcto del lenguaje puede contribuir a mejorar la salud y el bienestar de las personas. Su labor, y la de muchos otros académicos en diversos campos, subraya la estrecha conexión entre el lenguaje y las emociones, apuntando a la importancia de comunicarnos con un lenguaje positivo que genere “una energía que antes no sabíamos que venía del lenguaje. Ahora sí sabemos que viene del lenguaje.” El lenguaje es tanto un reflejo como constructor de la realidad en la que vivimos. Cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de comunicarnos positivamente para crear esa energía positiva en las personas de nuestro entorno. Labor y responsabilidades que empiezan en nuestro sistema educativo y familiar. Por un lado, debemos inculcar a nuestros pequeños la importancia de comunicarnos con precisión y con un lenguaje positivo e inclusivo, tanto en la escuela como en casa. Por otro lado, debemos proporcionar a las personas que viven con diferencias funcionales las herramientas necesarias para que puedan llevar a cabo una vida plena. Son más de 650 millones las personas que viven con una discapacidad física o mental. Ha llegado el momento de que por fin les demostremos nuestro respeto, empatía y apoyo con el uso de un lenguaje verdaderamente positivo e inclusivo. Así, que, ¡vamos a eliminar palabras como “minusvalía” o “discapacitado” de nuestro vocabulario y relegarlas a un pasado lingüístico que por fin quedó atrás! “Discapacidad” y “minusvalía”: implicaciones y connotaciones negativas “Una palabra es una palabra”... puede que estés pensando. “Tampoco hay que darle tanta importancia...”. Lo que ocurre es que, en realidad, la hay. “Lo que importa es el trato hacia las personas”, comentan muchos. Y, no se equivocan, pero una cosa no elimina la otra. Porque, la persona que vive con diversidad funcional define su identidad desde una mirada externa: la persona no construye su identidad, se da cuenta a partir de una etiqueta que le ponen. Vamos a ver el significado de estas dos palabras y por qué tienen connotaciones que ya no tienen cabida en la sociedad contemporánea: Discapacitado-da: Se trata de un neologismo proveniente del inglés “disabled” con implicaciones muy peyorativas para las personas que viven con limitaciones de movilidad. Decir que alguien es “discapacitado” es decir que esa persona carece de la capacidad de hacer algo, creando de esta manera, una posición de inferioridad en comparación con la persona que sí creemos que tiene capacidad. En noviembre de 2020, la Real Academia Española (RAE) llevó a cabo una modificación de la definición del término discapacidad, pasando de una “disminución por un problema físico, sensorial o psíquico, que incapacita total o parcialmente para el trabajo u otras tareas” a una "situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas, se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación”. Un cambio positivo y muy necesario, pero, ni mucho menos adecuado, ya que sigue centrándose en la persona, aunque admite el papel que juega el entorno por primera vez. “Minusválido-a” Etimológicamente, esta palabra proviene del latín minus ‘menos’ y válido, con la terrible implicación de que las personas con movilidad reducida son “menos válidas” que el resto de los ciudadanos en una comunidad. Lo mismo sucede con el término “inválido/a”. Un ejemplo clarísimo de una palabra con una carga extremadamente negativa que se implantó en nuestro vocabulario hasta tal punto de negar oportunidades y la integración social a tantas personas con diversidad funcional. Sí, estamos forjando un camino positivo hacia una sociedad mucho más consciente del impacto del lenguaje. La Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, Disposición adicional octava, nos recordaba que debíamos dejar atrás vocablos tan poco humanos y sustituirlos por “personas con discapacidad” para hablar “del grupo de personas con discapacidad conscientes de las innumerables barreras (arquitectónicas, laborales, psicosociales…) a las que tienen que hacer frente para desarrollar una vida normalizada, participativa e integrada en el conjunto de la sociedad”. Sí, leyes como estas son un paso importante. Pero, no son suficientes. Sin un cambio de paradigma en nuestras costumbres, actitudes, mentalidad, y lenguaje... de poco sirve una ley que, de todas maneras, se queda muy corta. ¿Cuál es el siguiente paso? El siguiente paso debería ser dar voz a la opinión de las personas que viven con esta realidad cada día. Son ello/as quienes deben concurrir en una terminología que les haga sentirse cómodos e identificados. ¿Quién somos nosotros para calificarlos de personas con el término más aceptado ahora de “diversidad funcional”? Porque, si bien es cierto que se trata de un vocablo que parece transmitir algo mucho más positivo, sin embargo, muchos grupos representativos de personas con “diversidad funcional” afirman que es un término ambiguo que no refleja adecuadamente la lucha diaria contra los obstáculos y los estigmas a la que se enfrentan. Por eso, nos recuerdan que el lenguaje y la realidad, van mano en mano. Y, lo que importa es cambiar ambos para crear puentes, abrir oportunidades, y construir una sociedad verdaderamente igualitaria. ¡Objetivo que nos motiva y guía diariamente en Bidea desde hace dos décadas! Eliminar las barreras arquitectónicas a las que se enfrentan las personas con diversidad funcional tanto en sus hogares como en las zonas públicas es nuestro granito de arena en la creación de un mundo más justo, más inclusivo, con mayor autonomía y calidad de vida ¡para todo/as! ¿Te interesa conocer nuestras soluciones salvaescaleras? Llámanos al 943 63 01 14 o escríbenos en info@bidea.es. Nuestros técnicos especializados estarán encantados de visitarte sin compromiso para identificar tus necesidades exactas, y orientarte hacia el tipo de solución salvaescaleras más adecuada. ¡Te esperamos!

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