Historia del salvaescaleras

Las sillas elevadoras (salvaescaleras) se han convertido en una parte tan importante de la vida cotidiana de muchas personas mayores y de personas con problemas de movilidad. Los diseños modernos actuales han conseguido que sean más silenciosos, más cómodos y más discretos que nunca, pero no fueron inventados tal como son en la actualidad; he aquí algo de historia y algunas curiosidades sobre los salvaescaleras:

 

Historia:

El primer ejemplo registrado del uso de una silla elevadora fue el de Enrique VIII a mediados del siglo XV. Durante gran parte de su vida Enrique VIII fue muy atlético, pero cuando tenía 44 años sufrió una grave lesión en la pierna durante una competición. Su salud comenzó a decaer, mientras que su peso aumentaba. Cuando sus problemas de peso se volvieron demasiado para sus sirvientes y no pudo subir las escaleras del Whitehall Palace de Londres, tuvieran que usar el ingenio.

Como sus sirvientes no podían subir y bajar por las escaleras al rey de 190Kg a pulso, se creó un rudimentario salvaescaleras en palacio para mejorar la movilidad y la capacidad de movimiento del monarca. Se cree que el salvaescaleras era de accionamiento humano, utilizando un polipasto (sistema de poleas y aparejos) prestado de uno de los buques de guerra del Rey.

 

 

Primer salva escaleras moderno:

No fue hasta casi 400 años después que se introdujo el salvaescaleras moderno. Cuando un empleado de un concesionario de automóviles de Pensilvania, llamado C.C. Crispen, construyó una silla elevadora después de ver a un vecino convaleciente confinado a una cama en un piso al que se accedía mediante escaleras.

En 1924, Crispen presento su “Inclin-ator” en Filadelfia. La elección de este nombre se debe a que intentaba transmitir la idea de un ascensor que trabaja en una pendiente de escaleras. La Inclinator Company of America comercializó el primer salvaescaleras . Otras compañías pasaron a diseñar innovaciones para el producto, como la silla de escalera con rieles curvados.

Y como se suele decir… el resto es historia. Los salvaescaleras modernos, aunque mantienen un aspecto exterior similar a sus primeras versiones, son mucho más cómodos, seguros y mucho más fáciles de usar e instalar.